La torre de la Iglesia de Puras, sita a los pies de ésta y datada del siglo XVI, presentaba problemas en su cubierta, adarve perimetral y fachadas, con elementos degradados y erosionados que borraban, con el paso del tiempo, la geometría característica del conjunto.
La intervención a realizar se basó en la restauración de todos sus puntos conflictivos para su conservación y mantenimiento, siempre desde el máximo respeto a su volumetría original. Se renovó el revestimiento del chapitel, una bóveda ochavada con aguja, sustituyendo sus antiguas tejas de pizarra por bandejas metálicas de zinc antra, garantizando una mayor estanqueidad y durabilidad.
También se trabajó en su adarve, impermeabilizando el balcón perimetral y llevando a cabo su solado mediante ladrillo cerámico klinker.
Con respecto a las almenas que la coronan, parapetos y torreoncillos, se reconstruyeron siguiendo la geometría original mediante la colocación de ladrillo tejar manual de parecidas características al existente. Similar intervención se llevó a cabo en las cornisas, impostas y frisos que son los elementos de fachada menos protegidos y más sometidos a las inclemencias atmosféricas, colocando también placas de zinc para mayor protección.
Finalmente, se sanearon los lienzos de todos sus cuerpos previa limpieza de su superficie.